Chaku en Corral Blanco-Cieneguillas


Cuando fui a la Feria de Santa Catalina que se hace a fines de noviembre y conocí a Bibiana Vilá, ella me contó que unas semanas antes había estado haciendo un Chaku con la gente del lugar e incluso me mostró un Manual que hizo para quienes trabajen con ellas.  Yo alguna idea tenía pero lo suponía extinto (así como las Caravanas de llamas que estaban en la Feria) y cuando me enteré de que se estaba realizando en la puna jujeña siempre pensé en cómo me gustaría presenciar alguno.

Chaku quiere decir, en quechua, captura de vicuñas, y remite a la costumbre ancestral incaica de capturar vicuñas, sin matarlas, para esquilarlas y aprovechar su exquisita fibra (tengo entendido que luego del gusano de seda es la más valiosa, y prácticamente impermeable).  Y es una práctica que de a poco se está reintroduciendo ya que con la conquista se fue perdiendo y, cuando se buscaba su fibra, directamente se la cazaba con armas de fuego lo que hizo que estuvieran casi en extinción (a mediados de los años setenta hubo un acuerdo de los cuatro países donde habita y salió de ese peligro).
Chaku, la ancestral esquila de vicuñas

Se venía mi semanita de vacaciones en octubre y ya tenía prácticamente todo armado con José para ir a Incahuasi en la Quebrada del Toro pero cuando me enteré de que empezaba la "temporada de chakus" en la puna jujeña no tuve otro pensamiento y empecé a contactarme por mail, por messenger y por whatsapp con la gente de CAMVI Yavi que habían puesto sus datos en Facebook.  Se pasó Facundo, alguien a quien no conozco pero que me tuvo una paciencia infinita y finalmente me dijo que fuera a El Cóndor y ahí los buscara a Rosa y Rubén.  Re gracioso pórque justo tenía pensado ir unos días antes ya que se celebraba el 100 aniversario de la escuela primaria de El Cóndor.  
el calendario de Chakus en el Departamento de Yavi
El Chaku era dos días después así que, luego de la fiesta en la escuela, fui con un amigo con el que estaba a dejar nuestras cosas en lo de Rosa y Rubén (una de las familias más "amables" -en todo el sentido de su palabra- que conocí en mis viajes).  Buenísimo porque, según me enteré después, ellos están muy en contacto con la gente del Inta y de Agricultura Familiar y tienen habitaciones para recibir gente.
la casa del Rosa en El Cóndor
A la tardecita Rosa viene a decirnos que ella va a salir y ahí nomás yo le pregunto a dónde, y cuando me dice que "a llevar las llamas al corral" me agarró la ansiedad y le pregunté si era muy lejos.  Obvio que me moría de ganas de ir, y cuando me dijo que "ahicito, será una hora de camino", lo pensé un poco y le dije que iba con ella.  Encima ella, que no le tenía mucha fe a mi campera, me prestó un camperón para la noche puneña, una genia! Ah,  ¡qué momento! Al volver le dije a mi amigo que me había enamorado de Rosa jaja.  Es que en el camino me contó de lo mucho que está involucrada en que su comunidad tenga mejores condiciones, hasta fue candidata por un partido de los pueblos originarios, de lo que les había costado lograr ser "comunidad", lo que había caminado por los parajes vecinos para lograr firmas y acuerdos, guauuuu,  yo estaba contentísima de tener esa compañia esa tarde/noche...
la sombra del Rosa en los tolares
Me acuerdo de que al llegar al corral no podía creer el alto de las pircas y que encima tuviera alambre tejido, ¡enormes!  Le comenté y Rosa me contó que es para evitar que el puma entre.  Yo le seguía los pasos y admirada veía cómo ella, apenas con unos chistidos, hizo que las llamas que estaban pasteando entraran solitas al corral (¡!).  El tema fue que al contarlas en el corral resultó que faltaba una.  Uff, qué feo, -y  pensar que son situaciones diarias para el puneño... Yo le decía de ir a buscarla pero ella me dijo que ya era muy de noche, que no valía la pena, que era una recién nacida que no se debe haber dado cuenta de que todas se iban y se debe haber quedado dormida en el cerro.  Cerró bien el corral e hizo un fueguito con bosta del corral para evitar que se acercaran animales que pudieran dañar a las llamitas.  Claro, a 4000 msnm, no es tan peligroso hacer un fuego, sin casi oxígeno no va a haber incendios, y sí ayuda a alejar los peligros del corral.
re altas las pircas para cuidar a las llamas
Rosa lleva sus llamas al corral


Rosa hizo un fueguito para cuidar a las llamas en la noche
Otro recuerdo tremendo de esa caminata es que a la vuelta a su casa, ya de noche cerradísima, hubieron momentos en que no se si era miedo o qué, pero la noche taan cerrada y yo con mi linterna en la frente, no sé, el juego de sombras al girar la cabeza me hacía ver cosas que no sabía qué, tremenda la negrísima noche puneña para alguien de la ciudad...  En un momento que me cansé un poco (El Cóndor está a unos 4000 msnm, se siente la caminata), le pedí de parar un rato, y estar quietas esos minutos en plena oscuridad puneña me conmovió muchísimo...  Igual todo el tiempo me sentí re cuidada con ella, que entendía perfectamente que viniendo de lejos me podía cansar o apunar.  Y con la poca luz que había me mostró donde tenían sus chacras, me contó de los "tojos", unos roedores que les comen los cultivos, me contó de los tantísimos árboles que había plantado (eso me encantó, plantar árboles en plena puna, hay que ser muy visionaria...).

Al otro día nos comentaron que la reunión previa al Chaku era  a la tarde así que descansamos, tomamos una rica chicha que Rosa había hecho para la fiesta de la escuela y salimos a caminar por ahí.  Ahicito como dicen, es que parecen ahí nomás realmente, están los cerros que hacen de límite con Salta (de hecho yo había pasado por El Cóndor otras veces de camino a Nazareno). Y cuando le pregunté a Rosa por la llamita perdida de la noche anterior me dijo que la habían "hecho carne", ya sea el puma o perros salvajes, qué pena...
riquísima la chicha de Rosa

enormes las tolas en El Cóndor
paseando por El Cóndor
Al rato llegó Carlos Tolaba, el Presidente de la Comunidad, o sea, una organización distinta de la de los estrictos límites políticos y tiene que ver, creo, más con una cuestión social, con el arraigo y con reconocerse pueblos originarios. ¡Buenísimo que ya tienen el título de Propiedad Comunitario! Y charlando del Chaku nos contó que Rosa fue la impulsora en la zona, que ya venía en contacto con los ingenieros del Inta y les consultó que qué se podía hacer con las vicuñas.  Es que aunque para uno que lo ve de afuera la vicuña sea parte del encanto puneño, para los habitantes suele ser una molestia que compite por las pasturas de sus animales domésticos y le transmite enfermedades (me acuerdo lo asombrada que me dejó escuchar esto de boca de un puneño unos años atrás).  Así que la realización del Chaku es una forma de religar a la vicuña y al puneño en una relación de reciprocidad en la que ahora la comunidad cuida a las vicuñas y a su vez se ve beneficiada por la posterior venta de su fibra.  Contaban que habían ido "tejedoras belenistas", catamarqueñas, a enseñarles el hilado y tejido en fibra de vicuña para que así puedan vender no solo la lana en bruto sino productos con valor agregado, ¡buenísimo!

Otro tema que me llamó la atención es que cuando hablaban del puma como depredador y yo les decía "¿y no se puede hacer nada?" me decían que no, que hay una ley que los protege, yo no entendía nada, suponía que quizás hubiera una ley que los protegía así como en su momento se hizo con las vicuñas.  Luego, cuando nombraron el término Biodiversidad entendí que se referían a eso, se ve que de distintos organismos han trabajado el tema con las comunidades y realmente prendió, en un momento me comentaron "el puma forma parte de la puna y tiene tanto derecho a vivir como nosotros y nuestros animales".  Es admirable que lo tengan incorporado porque al escuchar los destrozos que hace dan ganas de salir a cazarlos...


Y ¡llegó la hora de salir!  El Chaku iba a ser al día siguiente y previamente se realizaría una reunión para coordinar todo.  En una combi, en la que además cargamos colchones, frazadas y ollas, fuimos a Corral Blanco, un paraje pocos km al sur donde iba a ser la reunión.
saliendo de El Cóndor
camino a Corral Blanco
llamita en Corral Blanco
Limpiamos un poco el salón y de a poco fue llegando gente (tengo entendido que se necesitan más de cien personas para cada Chaku), ¡hasta un camión con gente de Santa Catalina llegó! Y mi gran sorpresa fue que yo pensaba que la charla e instrucciones las iban a dar los dichosos ingenieros de los que Rosa tanto y tan bien me hablaba.  Y no, maravillosamente la comunidad ya está organizada y armaron todo ellos, los ingenieros llegaron para la cena nomás y no dieron ninguna indicación!

El Chaku requiere de toda una organización, es algo así como crear un gran corral humano en el cerro, de ahí que se necesite tanta gente, donde todos se colocan a poca distancia unos de otros, en una misma línea imaginaria y se va avanzando cada vez más, moviendo las manos y banderas, para llevar las vicuñas hacia un corral de alambre que previamente se instaló en el cerro.  Pero no al tuntún, se crearon diez grupos, se asignó un jefe a cada uno y se distribuyó la gente en cada grupo (¡qué emoción ver mi nombre en el grupo dos!). Incluso habían llevado un croquis del lugar con la ubicación de cada grupo (por suerte fui con uno de los grupos de los costados porque los del medio son los que más corren) y los horarios en que cada uno saldría la madrugada siguiente.  Y también se repartieron las tareas: los pilladores, o sea, los que agarrarían a upa a cada vicuña del corral hacia donde se las esquilaría, los esquiladores, las barrenderas, para que cada lona en la que se iba a esquilar esté limpisima y la fibra no se mezcle con el polvo de la tierra, cuidadores del corral, y muchas más que no recuerdo, todo "fríamente calculado" estaba.  Otro tema es que el lugar donde se realiza el Chaku no es azaroso sino que es elegido en función de los hábitos de las vicuñas de cada lugar, este fue en el cerro porque se sabía que en esa zona duermen y por eso fuimos tempranito, pero me enteré de que el que se hizo unos días antes en Quirquinchos fue a media mañana en las aguaditas, aprovechando los momentos en que van a tomar agua.  Y para conocer esos hábitos la comunidad designa a los "pastores" como les llaman, que, aparte de sus labores cotidianas, salen durante meses a recorrer los alrededores para observar los hábitos de las vicuñas.
la reunión previa al Chaku en Corral Blanco
se van definiendo los grupos en la reunión previa al Chaku en Corral Blanco
la gente va viendo qué grupo integrará en el Chaku
se reparten las tareas en el Chaku
se reparten las tareas en el Chaku

organizando la ubicación de cada grupo durante el Chaku
organizando la ubicación de los grupos durante el Chaku

indicaciones previas al Chaku
indicaciones previas al Chaku
Al final, varios de los más experimentados fueron dando indicaciones: de estar muy atentos al jefe del grupo, de si él indica estar agachados, parados, avanzar o correr, de no adelantarse ni retrasarse del grupo ya que así se iba a hacer un hueco por donde las vicuñas podrían escapar, de no lastimarlas durante la esquila y de no dejarse lastimar cuando ellas patearan intentando zafarse.  Con una seriedad daban las indicaciones, se notaba que tenían muuucha experiencia.

Volvimos a dormir a lo de Rosa y a las cuatro de la matina nos levantamos, tomamos un tecito y nos pasó a buscar un camión. Un fríazón hacía, por suerte Rosa había llevado unos cueros de llama para apoyarnos en sus lanas y no en las chapas frías del camión, y varias frazadas para taparnos.  Pasamos por Corral Blanco donde ya había gente, algunos se quedaron ya que su grupo salía desde ahí y nosotros, los grupos uno y dos, seguimos en el camión un poco más al sur y hacia el este, a la altura de Cieneguillas, otro paraje cercano.  Re lindo cuando empezaba a aclarar, tengo la imagen de los colores rosa y celeste al fondo.
yendo al Chaku de madrugada en el camión
Vicky chocha camino al Chaku
amanece cuando llegamos a donde empezará el Chaku
Al poco paró el camión, bajamos y empezamos a caminar hasta que nos fuimos alineando y en un momento Rubén, nuestro jefe, nos dijo de quedarnos en cuclillas.  Él se comunicaba por handy con los otros jefes y tenía que saber cuando todos estuvieran en posición para empezar a avanzar todos juntos.  Ya empezábamos a ver algunas vicuñas por el cerro de enfrente...  
bajando del camón, ya por empezar el Chaku
por empezar el Chaku, esperamos en cuclillas

ya se ven algunas vicuñitas cerca
Cuando empezamos a avanzar yo ahí nomás me empecé a cansar, uf, qué feo, bueno, estábamos a más de 4000 msnm, y justo había una subidita que se me hizo re pesada jaja.  Yo estaba re preocupada porque no les podía seguir el ritmo y les rompía el corral pero, bueno, más no podía.  Es más, siempre llevo conmigo una piedra que recogí ahí y la apretaba como para darme aliento.  Cada tanto me pegaba una corridita, los alcanzaba, me cansaba y se me volvían a escapar jaja...  Cuando me resigné a que no los iba a poder alcanzar (por suerte no se escapó ninguna vicu al lado mío!) me detuve y pude ver a todo el grupo en perspectiva, el gran cordón humano que iba acorralando a las vicuñas, una visión imborrable! Tengo el recuerdo de la polvareda de la tropa de vicuñas que intentaban escapar yendo de un lado a otro...  Y al ver para atrás se veían los Ocho Hermanos yaveños!
cansa el Chaku, Rubén y Mery me van quedando lejos...
una genia Mery, la hija de Rosa, dando indicaciones durante el Chaku

vista de los Ocho Hermanos de Yavi
en pleno Chaku, el cordón humano va llevando las vicuñas al corral

          
Ya arriba no era tan en subida y finalmente llegué, ¡qué emoción!  Las vicuñas ya estaban en el corral, eran 84, y por una media hora estuvimos hablando bajito, nosotros descansando y sobre todo dando tiempo a que a ellas se les pase el estrés de la captura.  Estábamos re alto, a 4400 msnm, justo donde el mapa marca el límite de Jujuy y Salta. Me acuerdo que Rosa nos dio unas ramitas de pupusa (unas hierbas de la puna que se usan para tratar el apunamiento), que había estado recogiendo del cerro.
Llegué! Gracias Rosa, Rubén, Mery...

La gente terminó de armar el lugar, sobre todo poniendo media sombras para que no intenten irse, y se preparó el lugar donde se esquilaría.  De un lado la esquila manual y del otro la mecánica.
armando el corral donde se las pondrá ya esquiladas

las vicuñas capturadas esperan en el corral
¡Qué emoción cuando vi aparecer a la primera!  Las sacan del corral alzadas entre dos personas (todos los que trabajaban cerca del corral estaban con barbijos por la tierra que se levantaba), les ponen una capuchita que les tapa los ojos para evitarles el estrés y, antes de llevarlas a esquilar, se les hacen una serie de estudios: se las pesa, se les mide el largo del pelo, les sacan sangre, les ponen chips, y luego de todo eso deciden si están aptas para la esquila.  De las 84 se esquilaron 72, hubo 12 que se decidió no esquilar por enfermas o por tener el pelo muy corto o por ser muy chiquitas.
empieza la esquila

antes de esquilarlas se las analiza
ahora sí, ¡comienza la esquila!
Yo me quedé del lado de la esquila manual.  Se habían puesto varias lonas en el piso, en cada una se iba a hacer una esquila, que en un extremo tenían una estaca. Entonces ponían a la vicuña a lo largo, sobre la lona, con las patas delanteras sostenidas por una persona sentada y las traseras atadas a la estaca.  Así sostenida la vicuña bien firme, la persona que esquila con tijeras va haciendo su trabajo.
esquila manual de vicuñas
esquila manual de vicuñas

esquila manual de vicuñas
esquila manual de vicuñas
del otro lado era la esquila mecánica
llevando las vicuñas a esquilar
esquila manual de vicuñas
Yo miraba todo de afuera y por suerte Rita, una de las ingenieras, se copó y me integró al laburo, me dijo que iba a ser "vellonera".  Yo ni idea pero me enseñó y lo hice!  Consiste en recibir lo más entero que se pueda la fibra que se va esquilando a mano, prácticamente lograr una sola pieza, y luego ponerla cuidadosamente doblada en una bolsa que previamente se entrega en la que figura el número de cada vicuña.  Todo un trabajo, ¿eh?  Una atrás de la otra, casi sin pausas, siempre con Doña Candelaria, tremenda esquiladora.  Me acuerdo que cuando traían una vicuña a upa, me entregaban la bolsa con el número dentro, luego pasaba alguien experto -nuevamente Rubén!- a clasificar el tipo de fibra de cada vicuña y lo anotaba en un registro.  ¡Qué lindo haber podido participar, y más laburando!  Ellas se portaban bien pobrecitas, a veces se movían un poco y la preocupación era que no se lastimaran con la tijera en esos movimientos.  Se las re cuidaba, incluso pasaban chequeando que estuvieran bien sujetas pero sin dañarlas y que no se las estuviera lastimando en la esquila.
de vellonera, mientras Doña Candelaria esquila
Doña Candelaria, gran esquiladora

de vellonera, mientras Doña Candelaria esquila
Me acuerdo que hicimos seis vicuñitas con Doña Candelaria.  Los que sí cambiaron un par de veces fueron los muchachos que les sostenían las patas delanteras, parece que es muy agotador.
la última fibra que esquiló Doña Candelaria
Cada vez que se terminaba la esquila de una vicuña yo ponía la fibra en la bolsa, la cerraba bien, y la llevaba a un bolsón donde iban todas las de la esquila manual.  Y mientras, llevaban a upa a esa vicuña ya esquilada a un corral; yo suponía que las largarían ahí nomás pero no, las fueron poniendo a todas juntas en un corral (ahí les quitaban la capuchita) y al final las largaron a todas juntas.  

¡Qué momento el de la "liberación"!  Primero se desarma totalmente todo el lugar donde se estuvo trabajando, se quitan los postes, alambres, medias sombras, que quede puro cerro nomás, como estaba, nos ponemos todos del lado del corral para no molestarlas al salir, se les abre la puerta y salen a las corridas!  Di-vi-nooo...  Y justo mi amigo fue el encargado de abrirles la puerta!
ya esquiladas, están todas en un corral

Nicanor, portero de vicuñas!
desarmando todo luego de la esquila
sólo quedó en pie el corral donde están las vicuñas, ya por liberarlas

Nos contaron que hasta diciembre es la temporada de Chakus en varios parajes puneños, luego viene el verano con las cosechas y el carnaval, y en marzo empezarían el proceso de venta de esa fibra.  Ojalá que les haya redituado a las Comunidades porque el esfuerzo que ponen es increíble.  

Y ojalá que sigan con la inclusión del turismo en los Chakus porque es una experiencia tremenda, el Chaku en sí, y todo el tiempo de convivencia con la gente que si no, para uno que llega de afuera es imposible tener.  Yo, por mi parte, quedé contentísima de haber vivido semejante experiencia...
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Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

2 comentarios:

  1. Querida Vicky! Que emocionante relato! Muy informátivo educativo! Ya quisiera ir!!

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    1. Realmente es una experiencia inolvidable! Si te interesa, te sugiero que sigas en Facebook a la gente de CAMVI - Comunidades andinas Manejadoras de Vicuñas -, están en https://www.facebook.com/comunidades.vicuneras.9

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