a Tolar Grande por Santa Rosa de los Pastos Grandes


Fui por primera vez a Tolar Grande en 2010, en un tour de tres días en el que se conoce lo básico y, al mismo tiempo, te deslumbra y te deja con ganas de más.  Y me agendé varios lugares de los alrededores para volver y recorrerlos.  Al año siguiente anduve por la puna catamarqueña, al sur, y se me puso la idea de conocer el camino que unía esas punas tan increíbles.  Pasó el tiempo, anduve por otros lugares, pero siempre me quedaba esta "vueltita" en la cabeza.  ¡Y me decidí para este verano!  Sabía que me iba a salir unos pesos esos varios días de guía y camioneta pero bueno, para qué se trabaja, ¿no?
llegando a Tolar Grande con el fondo del Macón nevado
Me costó encontrar un guía hasta que finalmente di con el que resultó uno de los mejores que conocí hasta ahora: Pablo "Pichi" Maciel (0387 15 573 7662), que se conoce la zona como la palma de su mano, encima es montañista y se la pasa subiendo todas esas moles, y conoce un montón de historias, de lugareños y montañistas. Y re macanudo (salimos seis días y arreglamos todo por mail, yo hasta tenía intriga de qué tal seria, pero re piola ja ja).  Pero hasta que di con él, y como para empaparme de los lugares y caminos a donde iba a ir, buscando mapas di con los de los grossos de viajeros4x4, gente tan copada que no solo hace unos relatos buenísimos de los lugares remotos por donde salen sino que suben esos recorridos a un mapa, y lo van actualizando para que cualquiera se los pueda descargar.  Así que me imprimí capturas de pantalla de esos mapas, los pegué con cinta y me re sirvió ja ja. 

Y lo otro que me vino bárbaro fue toda la info que me mandó la gente de Tolar Grande (redturismocomunitariolickan@gmail.com).  Están muy bien preparados para el turismo, tienen varios circuitos organizados, y lugares de alojamiento y comidas.  Lo único que no tienen son vehículos, sí ofrecen guías para ir en el vehículo del visitante a todos los lugares de la zona. 

Pero ya con Pablo no necesité ni mapas ni guías, igual me vino de diez toda la lectura previa.

Me pasó a buscar por el alojamiento en Salta, a donde había llegado luego de mi intensa semanita jujeña, y le metimos por la ruta 51 para llegar primero a San Antonio de los Cobres y de ahí a Tolar Grande.

En poco más de una hora estábamos en Quijano, re lindo con los cerrazos "ahicito", todavía con vegetación y con las nubes dándoles vueltas...  Ahí paramos para aprovisionarnos de frutas, queso, pan, tomate, agua, en fin, lo que nos viniera bien para los próximos días, y empezamos la subida por la Quebrada del Toro.
Campo Quijano
Todo el tiempo, como una marca más de ese recorrido, nos acompañaban las estaciones de tren del Ramal C14, el que en su momento llegaba hasta Chile por el Paso Socompa (creo que cada tanto aun circulan algunos vagones) y luego continuaba por territorio chileno.  Lo primero que se ve de gran impacto es el Viaducto del Toro, muy llamativo.  Aunque no soy de las fanáticas del tren, que abundan, y de hecho me choca ver esas moles metálicas como clavando a la Pachamama, es muy impactante verlos y pensar en todo el trabajo que se hizo hace tanto para que hubiera un tren en esa geografía tan hostil.
Viaducto del Toro
Un poco más adelante, al pasar por el Viaducto El Candado, impresionaba ver los restos del "volcán" de enero.  Están construyendo enormes puentes para la ruta 51 y el alud llegó casi a su altura...
Viaducto El Candado
De a poco pero notoriamente, se va tomando altura y comienzan a verse los cerros cada vez más pelados y aparecen los primeros cardones.
primeros cardonales
Paramos un rato en la Estación Chorrillos y seguimos subiendo por la quebrada. Re lindos los colores que se ven a la altura de Ingeniero Maury (se llama así por el ingeniero que construyó el ramal C14) y de Gobernador Solá.
Estación Chorrillos

Estación Chorrillos
Estación Chorrillos
colorazos llegando a Ing. Maury
colorazos en Gobernador Solá
colorida Quebrada del Toro
colorazos en la Quebrada del Toro

Pasamos por Alfarcito y Tastil, donde estuve en diciembre pasado, re lindo cuando se sube una cuesta que hay en Alfarcito.  Bueno, todo ese camino es muy lindo...
Cuesta de Alfarcito
de Alfarcito a Tastil
Me llamó la atención el desvío a Las Cuevas por donde se va creo que hasta El Moreno en Jujuy (ya tengo en mente esa vueltita para algún próximo viaje). A esa altura ni cardones se veían ya, re notorio que estábamos entrando a la puna.
Las Cuevas
camino a San Antonio de los Cobres
Ya otras veces me habían impactado en esa zona las moles de hierro con las que se transporta energía, creo que a Chile. Muuuy impresionante, en plena nada puneña, esos muñecazos de hierro en hilera.
los transportadores de energía
camino a San Antonio de los Cobres
camino a San Antonio de los Cobres
Al rato llegamos al punto más alto, la entrada a la puna en Abra Blanca, a 4080 msnm.
Abra Blanca
camino a San Antonio de los Cobres
Se había puesto lloviznoso, con nubes grises y cerros que apenas se veían a lo lejos.  Como anticipando eso que tiene la puna de sentirse en otro mundo...
camino a San Antonio de los Cobres
Todavía no estaba inaugurado, ahora ya sí, pero nos mandamos igual por un asfalto que parece que hace varios años estaban haciendo en la entrada a San Antonio de los Cobres.  Llegamos, nos almorzamos unas empanaditas, cargamos nafta y recorrimos un poco la estación de tren (ahora el Tren a las Nubes sólo va desde San Antonio hasta el Viaducto La Polvorilla).
la estación de San Antonio de los Cobres
la estación de San Antonio de los Cobres
Tren a las Nubes
Seguimos por la 51 y al rato llegamos a un desvío: por un lado continúa la ruta 51 hasta el Paso de Sico y, por otro, nace la ruta 129 que va a dar a Salar de Pocitos pasando por Santa Rosa de los Pastos Grandes.  Por cualquiera de los dos se llega a la ruta 27 que lleva a Tolar Grande (por el primero se la empalma en Olacapato y por el segundo en Salar de Pocitos mismo).  Fuimos por Santa Rosa, que yo no conocía, hermoso el camino con quebraditas y vegas con llamas pasteando.
mapita del camino de San Antonio a Tolar por Santa Rosa de los Patos Grandes

por la izquierda se va a Santa Rosa, por la derecha sigue la ruta 51
quebraditas camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
veguitas camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
casitas puneñas en el camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
En eso, una enorme apacheta: estábamos en la altísima Abra de Gallo (4630 msnm).  Bajamos un rato a disfrutar y agradecer a la Pacha, y empezamos a bajar en curvas.  Estaba bastante lloviznoso y en algunos lugares se ponía barroso el camino pero no tuvimos problemas.  Re loco cuando en eso vemos en el camino una hilerita de camiones estacionados, ¡parecían de juguete!  Y tremendos eran cuando nos acercamos, tanto que se pararon a esperar que mejore el tiempo y se seque un poco el camino para poder seguir.
Abra de Gallo, camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
bajando el Abra de Gallo
llovió bastante...
bajando el Abra de Gallo
bajando el Abra de Gallo, los camiones esperan a que amaine
bajando el Abra de Gallo
Despacito seguimos bajando, la llovizna era cada vez más intensa, y recuerdo cómo me impactaba ese verdor de las vegas en un lugar tan alto.  Llegando a Santa Rosa se veían plantaciones de quinoa, se ve que les están reintroduciendo (siendo un cultivo típico, prehispánico, se fue perdiendo por imposición de los conquistadores y de un tiempo a esta parte se lo está rescatando).  Santa Rosa es, justamente, una gran vega con casas de adobe, llamitas pasteando y nevados al fondo...
vegas camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
camino a Santa Rosa de los Pastos Grandes
plantaciones de quinoa
llegando a Santa Rosa de los Pastos Grandes
  Santa Rosa de los Pastos Grandes
  Santa Rosa de los Pastos Grandes

Seguimos por la 129 entre nevados, vegas y vicuñas, y llegamos al empalme con la ruta 27 en Salar de Pocitos (tardé en entender que ese nombre refería a un poblado y no a un salar en sí). Esa ruta lleva a Tolar Grande, por un lado y, por el otro, al empalme con la ruta 51, así lo indicaba un antiguo cartel minero que señala caminos a Caipe, pasando Tolar, o a Cauchari, en la puna jujeña.
de Santa Rosa a Salar de Pocitos
llegando a Salar de Pocitos
en Salar de Pocitos, tomamos el camino "a Caipe"
Ya por la 27 camino a Tolar, donde sí atravesamos el Salar de Pocitos, impresionaba ver las cumbre nevadas del Macón, "el" Cerro de Tolar Grande (en noviembre hacen un ascenso de agradecimiento por el agua que les brinda).
camino a Tolar Grande
cruzando el salar de Pocitos, camino a Tolar Grande
camino a Tolar Grande, vista del Macón nevado
camino a Tolar Grande, vista del Macón nevado
Y una de los momentos más impactantes de ese viaje, el color rojizo que toma la tierra.  Todo, el camino, los cerros, es pura tierra roja, a lo sumo con algo de salitre.  Ni una paja brava hay por ahí, recontra seco y salinoso es.  Un paisaje de otro planeta ese camino de Los Colorados...   
Los Colorados, llegando a Tolar Grande
Los Colorados, llegando a Tolar Grande
Los Colorados, llegando a Tolar Grande
Los Colorados, llegando a Tolar Grande
Llegando a Tolar empezaban a verse algunos arbustitos y ahí me cayó la ficha del porqué del nombre del lugar.  Es que siempre me había llamado la atención cómo un lugar taaan desértico podía llamarse "Tolar", y encima ¡Grande!  De hecho había conocido lugares, sobre todo en la puna jujeña, donde las tolas se dan en mucha mayor cantidad así que menos que menos entendía el porqué del nombre.  Así que supongo que será por contraste con la geografía que lo rodea.  En un lugar tan desértico y salitroso, donde en kilómetros a la redonda a duras penas se dan algunos arbustitos, ese sector de tolas que claramente se ve al llegar a Tolar es lo suficientemente notorio como para darle nombre al lugar.  Y no sé lo de "Grande", capaz que hay por ahí otro tolar más "chico"...
primeros tolares a la vista
los tolares de Tolar Grande
Llegamos y salimos a buscar alojamiento.  Por suerte estaba vacío el Refugio Municipal, un lugar que si bien es sólo una habitación con cuchetas, está muy bien cuidado y es muy confortable (y económico).  Muy triste que al día siguiente se iba a llenar por un grupo de gente que iba por el aniversario de la muerte de un joven de la zona (parece que hubieron varios suicidios de adolescentes en los últimos años).

Cenamos en uno de los comedores de gente del lugar y empezamos a consultar para la salida del día siguiente.

Compartir

Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

0 comentarios:

Publicar un comentario