Salar Llullaillaco y Mina Julia


Amanecimos en el Paso Socompa, nos hicimos un desayunito con el anafe y empezamos el camino al sur hacia Mina Julia y La Casualidad, pasando por el Salar del Llullaillaco.
Mina Julia nevada
Primero salimos a recorrer por ahí.  Sobre todo a al hito limítrofe.  Un poco más adelante está el puesto de los carabineros chilenos.  Igual, salvo por los narcos (siempre se habla de camionetas fantasma que andan a cualquier hora y sin luces), mucho trabajo no tienen ya que el paso no está habilitado para vehículos. Y nadie lo va a cruzar a pie, ¿no?
el puesto de Gendarmería en el Paso Socompa
el cartel de la estación Socompa
el hito limítrofe en Socompa, hacia acá es Argentina; hacia allá, Chile
el puesto de los carabineros chilenos en el Paso Socompa
vagones en Socompa
Volvimos a pasar por la Quebrada del Agua donde Pablo cargó agua para la camioneta y seguimos viaje.
Quebrada del Agua
Quebrada del Agua

Seguimos y esta vez atravesamos toda la hermosísima Hoyada.
asoma el Llulla por la Hoyada

Un poco después dejamos el camino por el que habíamos llegado el día anterior y tomamos un desvío que nos llevaba a la Salina del Llullaillaco.  Ahí volvimos a tener cerquita el Carpa y sus increíbles formas.  Y cada tanto ¡se aparecía también el Llulla!
Cerro Carpa
el Carpa y sus protuberancias
el Carpa y sus protuberancias
asoma el Llullaillaco
Re lindo cuando llegamos al Salar, con la vista del Llulla detrás.  Vimos un pequeño campamento minero y bajamos a estirar las patas y charlar.  Con todos mis prejuicos encima, me sorprendió que el canadiense con el que charlamos era re macanudo.
camino al Salar del Llullaillaco
Salar del Llullaillaco
Vicky chocha
la minera en el Salar del Llullaillaco
Salar del Llullaillaco
Salar del Llullaillaco

Durante un buen rato anduvimos por el borde del Salar y después lo perdimos de vista, seguimos por una huella por la que fuimos a dar a los cerros donde está la Mina Julia.  Muuuy llamativos sus colores, con el blanco de la nieve por encima.
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
Ya deberíamos estar cerca de los 5000 msnm y se veía un pequeño campo de piedra pómez, un tremendo volcán mocho y clarito se veía al acercarnos el caminito de azufre que iban dejando las tolvas al transportarlo desde la Mina hasta La Casualidad en un cable carril.  Muuy impactantes esas vistas, una sensación de estar en otro mundo...  Y ¡hasta el Llullaillaco se veía!
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia, a la izquierda se ve el caminito de azufre que va a La Casualidad
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia se ve clarito el caminito de azufre
llegando a Mina Julia
volcancito llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia, se ve el Llullaillaco!
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
llegando a Mina Julia
Ya en el lugar el camino sube y sube hasta la Mina que está a 5200 msnm.  Impresionante el corazón amarillo que se ve en la parte de arriba del Cerro.  Todo azufre por donde se mire.  Y encima cubierto con el blanco de la nieve...
llegando a Mina Julia
antiguos postes de energía llegando a Mina Julia
subiendo a Mina Julia
llegando a Mina Julia
Mina Julia
Muy emocionante estar ahí, encima con toda su historia a cuestas.  Creada en la década del '40, y adquirida en los '50 por el estado argentino fue, creo, el más importante yacimiento azufrero del país y luego cerrado en 1979 por la dictadura que desmanteló toda la industria nacional.  Muy triste... Y admirable a la vez, semejante estructura.  Si bien ahí no era el campamento minero, sí había habitaciones, oficinas, sala de estar, maquinaria, a esa altura, en ese clima, plena cordillera, tremendo... Ahí dejó de ser sólo un paisaje imponente como todo lo que veníamos viendo en el camino, sino que se nos presentaba parte de nuestra historia.  Es realmente una experiencia estar ahí y, aunque está todo abandonado, se puede decir que se sienten las antiguas presencias.
las instalaciones de Mina Julia
las instalaciones de Mina Julia
Mina Julia nevada
Mina Julia nevada
el "caminito" del azufre que iba de Mina Julia a La Casualidad por cable carril
Vicky en Mina Julia
Muy loco cuando viendo un cerro atrás, hacia Chile, creo que se llama Lastarria, se ven como unas fumarolas de azufre hirviendo (¡!).  Y unos colorazos increíbles en los cerros, ¡qué lugar!  Tan impactante era todo ese lugar y de golpe empiezo a escuchar un motor, pensé que estaba alucinando pero no, era un grupo de turistas que no tuvieron mejor idea que hacer andar un dron (todo bien, pero ¡qué molesto es el ruido que hace!).
enfrente se ve el Volcán Lastarria con el azufre hirviendo
las fumaroles de azufre en el Lastarria
vista hacia el Lastarria
Mina Julia
Recorrimos un poco el cerro y las instalaciones y empezamos a bajar hacia La Casualidad, unos 25 km más adelante, donde funcionaba el campamento minero en el que se procesaba el azufre extraído de la mina.  En el camino íbamos viendo, aparte de colorazos en los cerros y un paisaje deslumbrante, algunas canastos metálicos de los que transportaban el azufre tirados en el camino, algunos manchones amarillos que era el azufre que se había caído, y los postes que las transportaban.  Y, obviamente, el dichoso caminito de azufre que veíamos desde la mina y que al llegar a La Casualidad era cada vez más notorio.
azufre en Mina Julia
Mina Julia
las instalaciones de la Mina Julia
las instalaciones de la Mina Julia
las instalaciones de la Mina Julia
las instalaciones de la Mina Julia
vista de la mina desde las instalaciones
Mina Julia
Mina Julia
el caminito de azufre
bajando de Mina Julia
vistas bajando Mina Julia
Mina Julia
volcancito
camino a La Casualidad, aparece el Salar de Río Grande
todavía quedan algunos postes del cable carril que llevaba el azufre
montoncitos de azufre caídos del cable carril
el caminito de azufre que dejó el cable carril de la mina al campamento minero
Salar de Río Grande, camino a La Casualidad
llegando a La Casualidad
llegando a La Casualidad
llegando a La Casualidad
llegando a La Casualidad
Si las instalaciones de la Mina Julia me habían impactado, mucho peor fue al llegar a La Casualidad.  Qué tristeza ver un poblado así totalmente abandonado y vandalizado. Enorme era, parece que tuvo como 3000 habitantes, todos en función del trabajo de la minera (acá un lindo relato). Ahí procesaban el azufre que llegaba de la Mina y en camiones lo llevaban, en una ruta asfaltada (¡!) hasta la Estación Caipe donde era llevada en tren a distintos puntos del país. Y ahora ver que no queda nada, encima todo destrozado, muy angustiante...  En principio la idea era terminar el día ahí, pasar la noche en alguna construcción más o menos protegida y al día siguiente seguir, pero, por suerte, llegamos temprano y seguimos viaje. Digo por suerte porque es un lugar que transmite tanta tristeza que no me llamaba a quedarme, todo lo contrario. 

Muy conmovedor leer un cuaderno de visitas que hay en la iglesia, con textos de gente que va y que fueron antiguos habitantes, o parientes, y que recuerdan aquellas épocas de su vida.  Me acuerdo uno de alguien que era de Antofalla y contaba que iba allí a vender cueros y carnes, o sea, toda una economía doméstica que se había generado en torno a ese poblado.
La Casualidad
La Casualidad
La Casualidad (encima un desalmado dejó unos perros ahí...)
La Casualidad
la capilla de La Casualidad
la capilla de La Casualidad
Dejamos La Casualidad y seguimos por el asfalto que increíblemente, décadas después, aun se mantiene en uso.  Siempre viendo el Salar de Río Grande y hermosos paisajes con cerros de colores.  Muuy lindo camino...
saliendo de La Casualidad
saliendo de La Casualidad
asfalto al salir de La Casualidad
vista del Salar de Río Grande al salir de La Casualidad
asfalto al salir de La Casualidad
vista del Salar de Río Grande al salir de La Casualidad
allá atrás quedó La Casualidad
a lo lejos se ve el caminito de azufre que lleva a La Casualidad
vista del Salar de Río Grande al salir de La Casualidad
saliendo de La Casualidad
saliendo de La Casualidad
saliendo de La Casualidad
salar de Río Grande
En una de esas Pablo agarra un desvío, para mí en medio de la nada, y luego de atravesar un camino con nevados al fondo y el amarillo-puna en el suelo, volvimos al Salar de Arizaro justo a la altura del Cono de Arita.  Hermosísimo camino...
la huellita que va al Cono de Arita
 al Cono de Arita
al Cono de Arita desde La Casualidad
al Cono de Arita desde La Casualidad
al Cono de Arita desde La Casualidad
al Cono de Arita desde La Casualidad
llegando al Cono de Arita
al Cono de Arita desde La Casualidad
llegando al Cono de Arita
al Cono de Arita desde La Casualidad
el Cono de Arita
Frente al Cono hay una minera, paramos a charlar y eran dos nomás, el resto estaba de franco.  Y de re buena onda (bueno, parece que son así, tratando de caer bien a la comunidad para lavar sus culpitas ambientales) nos ofrecieron pasar la noche ahí.  Re bien nos vino, tienen unos containers con cama y frazada, hasta tuvimos uno para cada uno, aparte de electricidad, agua caliente y wifi!  Muy loco eso de pasar la noche frente al Cono de Arita... 

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Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

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