El Puente del Diablo en La Poma


Cuando estuve en Cachi hace unos años me enteré del Puente del Diablo, pocos km antes de llegar a La Poma.  En ese momento no me interesó en lo más mínimo, no me atraía eso de andarme mojando en unas cuevas, preferí conocer lugares y sitios arqueológicos, de los tantos que hay en los alrededores de Cachi.  Y hace poco me acordé de ese lugar y ahora sí me dieron ganas de conocerlo. 

Me volví a contactar con Ernesto de Turismo Urkupiña en Cachi, un excelente guía local, y en principio pensaba hacerlo para el super finde de Semana Santa donde coincidieron los feriados del viernes santo y el lunes 2 de abril, pero él me avisó que en esa fecha, fin de marzo, era imposible ya que aun estaba muy alto el río.   

Es que justamente se trata de ir a un lugar donde el río Calchaquí queda encajonado en unas cavernas que fueron formadas por la lava que hace cincuenta mil años derramaron los Volcanes Gemelos de La Poma (en un texto de Ricardo Alonso se aclara que la erupción produjo un dique que clausuró el río y que cuando el dique se rompió se formó el cañadón por donde circula actualmente el río en el Puente del Diablo).  Parece que desde siempre para los lugareños fue un lugar rodeado de misterios, al que no se acercaban, y recién desde el año 2000 aproximadamente se lo empezó a investigar y aprovechar con fines turísticos. 
La caverna del Puente del Diablo en La Poma

Yo ya había arreglado con Ernesto para salir ese día, al día siguiente tenía el vuelo de vuelta, y hasta último momento no se había sumado nadie pero, por suerte para mis bolsillos, a último momento se sumaron tres más que recién habían llegado y salimos el sábado a eso de las 10 de la mañana. 

Salimos por la ruta 40 hacia el norte y yo me la pasaba sacando fotos a las vistas del Nevado de Cachi.  Re lindo ver esas moles, algunas nevadas, recortadas en un cielo azul y como custodiando los parajes calchaquíes en los que resalta el verde intenso de la alfalfa que es lo primero que se suele cosechar (andar por la ruta 40 en los Valles Calchaquíes hace vivenciar los versos de La arenosa que dicen "el agua del Calchaquí, padre de toda la siembra...").   Al rato pasamos por el desvío que va a Cortaderas, y antes a Belgrano, por donde había llegado dos días antes en la cabalgata desde la Quebrada del Toro.
el Nevado de Cachi
a la izquierda sigue la ruta 40 hacia La Poma, a la derecha, el desvío a Cortaderas
vista de Palermo y, detrás, el Nevado de Cachi
De otras veces que fui a La Poma, siempre me acuerdo de unas increíbles vistas del Río Calchaquí en medio de colores rojizos y el amarillo de las cortaderas.  Creo que es a la altura de Pueblo Viejo ese mirador donde los sectores de cultivo son bien notorios y extensos.
vista en Pueblo Viejo, antes de llegar a La Poma
cultivos de alfalfa en Pueblo Viejo, antes de llegar a La Poma


Increíble cuando llegamos a la altura del Puente del Diablo que se ve el suelo como sembrado de piedra pómez negra, producto de la misma escupida volcánica que formó el Puente del Diablo. Y nada más la vista con cerros rojizos es buenísima.
el desvío que hay que hacer al llegar al Puente del Diablo



piedra pómez negra al llegar al Puente del Diablo
la huella que baja al Puente del Diablo
camino al Puente del Diablo se ve ónix y cuarzo
el Puente del Diablo en La Poma
el ingreso al Puente del Diablo
Dejamos la camioneta y bajamos hacia el río.  En un descampado dejamos nuestras mochilas y nos pusimos los cascos que Ernesto llevó y agarramos cada uno nuestros bastones.  La verdad, tanto los cascos como los bastones resultaron imprescindibles, los cascos por los continuos choques con las cavernas, y los bastones para poder caminar en el agua.

antes de entrar al Puente del Diablo, por ahí dejamos nuestras cosas
La verdad que para ser fin de octubre, y que desde marzo no llovía, me sorprendió el caudal de agua, como mínimo nos llegaba a las rodillas y en algunas partes a los muslos y con bastante fuerza (lamentablemente Ernesto nos contó de gente que fue sola y en épocas de lluvia, y solo se encontraron sus cuerpos…).
la entrada al Puente del Diablo



A poco de entrar al agua ya nos empezamos a maravillar con los colores de los minerales y las miles de estalactitas.  Y así durante unos 40 minutos, fuimos avanzando con la ayuda de Ernesto (yo temblaba por si me caía con la cámara pero todo bien, yendo despacio y asegurando la pisada en el agua, se va bien).  En todo el trayecto había partes que eran cavernas y otras en las que se estaba al aire libre y luego se volvía a entrar en las cavernas.
las cavernas del Puente del Diablo en La Poma

en las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
impactan los colores en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
en la caverna del Puente del Diablo en La Poma

formaciones extrañas en la caverna del Puente del Diablo en La Poma




chocha en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
chocha en el Puente del Diablo

En un momento llegamos a una parte donde las cavernas se estrechan y se hacen túnel sin ingreso de luz y con el agua muy alta.  Ya Ernesto me había comentado que no se puede acceder para proteger a los estromatolitos que también allí se encontraron (como en varias lagunas de la puna).  De todos modos no se si me hubiera interesado estar en penumbras, con el agua al cuello y casi sin poder comunicarme por el ruido del agua.
hasta ahí se puede llegar, luego se hace un túnel sin luz
chocha en el Puente del Diablo

en la caverna del Puente del Diablo en La Poma
las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
desde el Puente del Diablo en La Poma
increíbes formaciones en las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
las cavernas del Puente del Diablo en La Poma
Volvimos por el mismo camino, llegamos a donde habíamos dejado nuestras cosas, nos cambiamos de ropa (pantalón, medias y calzado estaban totalmente mojados!), hicimos un picnic con lo que cada uno había llevado y pegamos la vuelta.  

En el momento de subir hacia donde dejamos la camioneta, Ernesto nos empezó a llamar de un modo muy llamativo: "vamos Ernesto, vamos Vicky, vamos Erica..." y así con todos.  Luego nos explicó que era un consejo de su abuela para cuando anduviera en lugares con una energía especial que el alma se descuida y se queda pegada a ese lugar, así que hay que llamarse para poder salir entero...  (lo bueno de salir a andar con un lugareño!)

Y ya que estábamos cerca le pedimos a Ernesto ir a ver de cerca los Volcanes Gemelos culpables del dichoso Puente del Diablo.
los Volcanes Gemelos de La Poma


La verdad, una experiencia súper recomendable…


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Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

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