bajando por el Abra del Acay


Habíamos acordado con Pablo salir por seis días pero como el segundo no habíamos podido hacer la Laguna Santa María nos "sobraba" uno, así que optamos por pegar la vuelta a Salta por el Acay que aunque ya conocía no tenía ningún problema en volver a hacer.
bajando el Abra del Acay

Nada que ver con el día anterior en Antofagasta, ese día en San Antonio amaneció totalmente despejado así que nuevamente nos acompañaban cerrazos nevados contra el cielo azul.

Salimos por el tramito que comparten las rutas 51 y 40 y luego seguimos directamente por la 40.  Re lindo ver el Acay nevado recortarse mientras avanzábamos.
primeras vistas del Acay yendo hacia el abra
se ve clarito el zig zag para llegar al abra del Acay
primeras vistas del Acay yendo hacia el abra

La vez pasada lo había hecho en subida, desde Cachi, y tardamos unas horas en llegar.  Ahora no, bien cerquita está el Abra así que luego de varias curvas en las que íbamos viendo veguitas, vicuñas y llamas, llegamos finalmente al kilómetro 4601 de la ruta 40, a casi 5000 msnm.
camino al abra del Acay
veguitas llegando al abra del Acay
vistas llegando al abra del Acay
llegando al abra del Acay
Vicky chocha en el abra del Acay


Encima con ese cielo diáfano veíamos a lo lejos al Quewar y al Tuzgle, dos volcanes icónicos de la región.  Y afinando la vista, hasta las Salinas Grandes y el Chañi se veían.  La verdad que es un lugar increíble, ¡qué vistas!  Obvio que bajamos, sumamos nuestra piedrita a la apacheta en agradecimiento a la Pacha, ya por todo el viajezón que hicimos en seis días, y a mirar para todos lados y recorrer un poquito. ¡Qué despedida!
vista del Quewar desde el Abra del Acay
vista del Tuzgle desde el Abra del Acay
vista del Tuzgle desde el Abra del Acay
vista de las Salinas desde el Abra del Acay
Abra del Acay y Quewar
después de seis días la camioneta de Pablo pide perdón!

Empezamos la bajada con el Acay siempre "ahicito" y de a poco empezaba a asomarse el Nevado de Palermo.  Re lindo ver en esa bajada el verde de las veguitas, esos lugares casi mágicos donde de golpe surge el agua, al principio apenas un hilito que luego será la naciente de los ríos de la zona.  De hecho el Calchaquí ("padre de toda la siembra" en el decir de Manuel J. Castilla) que baña los Valles Calchaquíes tiene en el Acay su naciente. E increíble ver, a poco de empezar la bajada, gente viviendo a esas alturas, en medio de una geografía tan dura pero, bueno, ¡si hay agua hay vida!  Allí ya se veían llamas, seguramente de esta señora, y de a poco los cerros empezaban a poblarse de verde, ni siquiera arbustos aun sino alguna paja brava y cortaderas cerca de los cursos de agua.
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
vegas bajando el Abra del Acay
vega bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay, asoma el Nevado de Palermo
vista del Acay bajando el abra
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
los primeros cursos de agua que nacen en el Acay
llamita salteña
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
la primer casa que vimos bajando el abra

En un par de lugares el río ya venía con bastante caudal, nosotros los pasamos bien pero un par de autos que venían del sur se tuvieron que volver (es lo que tiene el verano, época de lluvias...).
bajando el Abra del Acay, el Calchaquí a esa altura es un señor río

El camino se ponía cada vez más lindo, con cerros rojizos, el verde de las vegas y algunas casitas de adobe.
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
bajando el Abra del Acay
tanto llovió la semana anterior que van a tener que arreglar los techos
bajando el Abra del Acay, el Calchaquí viene con todo

Ya bajando más se empiezan a ver los primeros cardones y aparecen los primeros cultivos de alfalfa, tan notorios con su verde intenso.  Y nos empezábamos a cruzar con pastoras llevando a sus animales a pastear, aprovechando las pasturas del verano.  Ya estábamos entrando a los Valles Calchaquíes...
primeros cardones y cultivos, entrando a "los valles"
bajando el Abra del Acay
pastora calchaquí
pasteando en los valles
alfalfa y cardones llegando a La Poma
cultivos de alfalfa

Y qué lindo ver escuelas en esas lejanías (lejanías para nosotros de la gran urbe, ¿no?).  Eso es un gran orgullo de nuestro país, que donde sea hay escuela primaria (y con modalidad de albergue si van chicos de muy lejos).  Lo que aun falta es más secundarios, pasa mucho que a los doce años los chicos se van a la ciudad a estudiar y eso supone un gran desarraigo.
escuela en Saladillo, antes de llegar a La Poma


Pasamos por varios parajes, El Saladillo, El Trigal, y luego entramos a La Poma, primero por el pueblo viejo, de casas de adobe abandonadas en su mayoría debido al terremoto que hubo en 1930, y luego entramos al pueblo actual.  Re linda su placita, bajamos, estiramos las piernas un rato y seguimos viaje.
llegando a La Poma
llegando a La Poma
llegando a La Poma
llegando a La Poma

llegando a La Poma
en esas arboledas está La Poma
llegando a La Poma
el pueblo viejo de La Poma
la plaza de La Poma


Hermoso el camino con cerros rojizos y cardones, pero lo que más me impactó fue la vista que hay a la altura de Pueblo Viejo de un enorme sector de cultivos. Y al oeste ya se asomaba el nevado de Cachi. Hermosísimooo...
saliendo de La Poma
saliendo de La Poma
saliendo de La Poma
de La Poma a Cachi, asoma el Nevado
de La Poma a Cachi, asoma el Nevado
alfalfa y maíz de "los valles"
cultivos en Pueblo Viejo
cultivos en Pueblo Viejo
cultivos en Pueblo Viejo
cultivos en Pueblo Viejo
cultivos en Pueblo Viejo

Un poco más y ya llegamos a Cachi.  Me gusta mucho ese pueblo, con esa tranquilidad que emana y el Nevado de fondo.  Nos comimos unas ricas pizzas con cervecita, nuestra última comida del viaje, me compré unos vinazos para traerme, y le metimos por la ruta 33 por caminos que hice tantas veces pero que nunca me cansan: el Cerro y la recta de Tintín, la hermosísima Cuesta del Obispo con sus miles de vueltas y la Quebrada de Escoipe.
llegando a Palermo

llegando a Palermo
llegando a Palermo
llegando a Payogasta
entrando a Cachi
hermosas vistas saliendo de Cachi
saliendo de Cachi, el Cerro Tintín

Vicky chocha en la Piedra del Molino, ahora empieza la bajada al Valle de Lerma
nubes en la Cuesta del Obispo
de a poco empieza a cubrirse de verde la Cuesta del Obispo
la Quebrada de Escoipe

Y finalmente llegué a Chicoana donde me esperaba mi tía con riquísimas comidas norteñas y árabes.  Y con varias docenas de tamales (los de Chicoana son los mejores!) en el freezer que me traje y fui degustando de a poco. Al día siguiente tenía el vuelo a casa y, bueno, a tratar de reenchufarme de a poco con la gran ciudad.  Hasta el próximo viaje...
despedida con Pablo en Chicoana

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Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

3 comentarios:

  1. tenes todas las fotos de tu pagina en instagram?

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    1. No, venga lerda con las redes... recién hace poco entré en facebook. Y lo de Instagram lo vengo pensando! Saludos

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  2. Hola Vicky. Te saludo desde Temuco, Chile.
    Maravillosos tus relatos y fotografías. Felicitaciones.
    ¡Recibe un abrazo!
    Rodrigo.

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