Festival en Coctaca


¡Qué lindo!  Nuevamente en un verano en la Quebrada que tanto extañaba, sobre todo con las rondas de coplas...
copleros en el Festival de Coctaca

Llegué a Salta un viernes a la noche y al día siguiente tempranito salí en un Flecha Bus que llegó rapidísimo Humahuaca (a diferencia del Balut, no paró en ningún lado).  Ya se me dibujaba una sonrisa al ir entrando a la Quebrada -por suerte conseguí el primer asiento de arriba en el colectivo-, e iba deslumbrada y chocha por las vistas como si fuera la primera vez (y que tristeza pasar por Volcán, destrozado por el alud de enero...).
colorida Quebrada
colorida Quebrada
llegando a Uquía
Yacoraite
 

Dejé mis cosas en La Humahuacasa, donde me vengo quedando cada vez que voy a Humahuaca, y me fui directo al puente suponiendo que de ahí saldrían combis o taxis compartidos a Coctaca, un paraje cercano donde sabía que ese día había un Festival.  Y tal cual, pregunté y una combi ya salía.  Re lindo, me acomodé al fondo al lado de unas lugareñas ataviadas para la ocasión y que en unas bolsas llevaban sus cajas copleras.
copleras yendo al Festival
Coctaca es cerca, son unos 20 km desde Humahuaca, y es conocido por los restos de enormes andenes de cultivo prehispánicos. Y de este Festival tenía re lindos recuerdos de mi segundo viaje en el 2004. Por lo general no suelo repetir visitas, siempre trato de encontrar lugarcitos nuevos para recorrer pero esta vez se dio que estaba ese Festival y me gustó la idea de revivirlo 13 años después.

Y si algo me había impactado y cautivado desde mis primeros viajes es el canto de coplas con caja, encarnado en los copler@s, esos artistas anónimos, generalmente lugareños agricultores, que en ese tiempo festivo que es el verano andino hablan en sus cantos copleros de la vida, amistad, amores y desamores. Si ben cada tanto se ve a algún joven coplero, la mayoría son gente mayor, y lo que me dio bastante pena esta vez fue ver muchos menos copleros que otras veces, y a algunos muy viejitos...

Bueno, la cosa es que llegué y justo estaban cantando el Himno e izando la bandera.  Y justo al pie del mástil se había "abierto la boca de la tierra" donde, como en todas estas celebraciones, se iba a pasar en parejas a ofrendar a la Pachamama. Yo me metí ahí nomás entre la gente y re lindo porque mientras esperaban que les toque ofrendar ¡estaban dele coplear!  Y buenísimo que también pasé a ofrendar a la Pacha!
copleros en el Festival de Coctaca
el escenario del Festival de Coctaca





copleros en el Festival de Coctaca
ofrendando a la Pacha en el Festival de Coctaca
copleros en el Festival de Coctaca
De ahí pasamos a un Salón Comunitario donde había un Almuerzo Comunitario (¡cuánto "comunitario" hay en estos lugares...!) con un riquísimo guiso y al rato empezó el desfile de copleros en el escenario. Re lindooo, yo estaba chocha, recién llegada y con tremendo Festival, era de esos momentos en los que me pasa de pensar "esto ya me vale el viaje", y ¡recién empezaban las dos semanas!
riquísimo el guiso con mote y papas

vista del cardonal desde el Salón Comunitario de Coctaca
copleros en el Festival de Coctaca
copleros en el Festival de Coctaca
copleros en el Festival de Coctaca



copleros en el Festival de Coctaca












copleros en el Festival de Coctaca


copleros en el Festival de Coctaca


Re lindo también un grupo de baile que se lució con bailecitos y cuecas.




Mientras se escuchaba a los copleros se podía degustar unas riquísimas comidas andinas ya que el Festival se llama Encuentro de las Mujeres Andinas con los Sabores de la Historia. Una pena que los puestos solo habían llevado comidas típicas para exhibir pero casi nada para vender.  Había, aparte de las comidas con quinoa que tanto se está reintroduciendo últimamente, varias con mote, trigo, hierbas, papas, chicha, tés.  Como rareza, un pan de habas y la gran sorpresa la chanfaina, que creo que se hace con tripas, que me encantó.
sopa de trigo
pan de habas
comidas típicas en el Festival de Coctaca

riquísima la chanfaina

comidas típicas en el Festival de Coctaca
Casi al final estuvo Fortunato Ramos, muy bueno con sus taquiraris y tonaditas.


Y el toque asombroso fue un remolino que se armó justo en donde la gente bailaba!


Del mejor momento de ese día no tengo fotos.  Es que los copleros no sólo coplean en el escenario, esa es una cantadita más, y antes o después de subir se pasan horas en rondas de coplas.  Yo estaba afuera y escuchaba el sonido de las cajas que venía del Salón donde habíamos comido.  Fui a ver y había una ronda efectivamente, me acerqué y, aunque al principio me cerraban la ronda (tengo portación de rostro gringo...), después estuve con ellos un rato laargo en la ronda, y ¡hasta me canté una copla!  Eso sí, es de esos momentos en que no da sacar fotos o filmar, queda en mi recuerdo...

Compartir

Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

2 comentarios:

  1. Excelente cobertura del festival y una descripción respetosa de las costumbres del lugar. Gracias por compartir tus experiencias de viejas.

    ResponderBorrar
  2. Qué emoción revivir esos momentos en ese paisaje tan nuestro... viví (creo que en 2009 ó 2010) en del Encuentro de las Mujeres Andinas, la hospitalidad del compartir en el Centro Comunitario el almuerzo que te ofrecen y la celebración a la Pachamama... momentos inolvidables! Leer tu crónica de esa parte de tu viaje fue revivirlo... GRACIAS

    ResponderBorrar